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sábado, 9 de noviembre de 2013

Consideraciones útiles sobre el enfoque

Para enfocar con autofocus (AF-enfoque automático), pulsar a la mitad el disparador sin efectuar el disparo y recomponer la escena, pero cuidado porque al pulsar el botón a la mitad también habremos medido la luz si estamos trabajando con nuestra cámara en modo AUTO, y si ésta cambia al recomponer la escena podemos variar considerablemente la exposición. Por eso es interesante para principiantes, distinguir que podemos usar cámara en automático con enfoque manual y a la inversa, cámara en manual con enfoque automático.

Ojo con enfocar y luego cambiar distancia focal (zoom) porque al cambiar la distancia focal se pierde el enfoque ligeramente. Enfocar debe ser el último ajuste que hagamos antes de disparar.

Hay una técnica que consiste en enfocar automáticamente con la cámara y una vez enfocado, y manteniendo pulsado el disparador a mitad de recorrido, pasar a modo manual para que en el instante del disparo la cámara no emplee parte del tiempo en las operaciones de enfoque y podamos perder la foto. Esta técnica se utiliza por ejemplo en fotografía nocturna, donde al no haber luz la cámara no es capaz de enfocar. Se utiliza una linterna para iluminar donde queremos enfocar, se enfoca y se pasa a manual. También se utiliza en fotografía de circuitos donde podemos enfocar al suelo por donde va a pasar un coche y así cuando éste pase ya tenemos enfocada la distancia y aseguramos no perder la foto. Como veis su uso es muy específico, pero en muchas ocasiones resulta muy útil. Sólo hay que tener en cuenta que no se debe variar la posición de la cámara al sujeto una vez enfocado, ni la distancia focal..

En casos de poca luz la cámara no puede enfocar correctamente. Para ello la mayoría de las cámaras disponen de un sistema de ayuda al enfoque, bien con infrarrojos o bien con flash. Al ayudar con el flash para el enfoque tendremos en cuenta que el flash también saldrá en la foto y eso puede variar cómo queremos sacar la misma.

En casos de intentar enfocar zonas sin textura la cámara podría no conseguir enfocar, ya que el sistema de enfoque utiliza contrastes en bordes. Por ello se recomienda hacer coincidir el punto de enfoque con zonas contrastadas o texturadas (las pestañas, la barba, una doblez de ropa, un marco de una ventana, etc). Evitaremos las zonas planas sin textura ni contraste. En la siguiente foto enfoqué en el insecto porque éste tenía mucha textura y era al fin y al cabo el sujeto de la captura.

Extraido de: CURSO DE FOTOGRAFÍA DIGITAL: www.thewebfoto.com

Practica el enfoque y la composición AQUI.

Ver también: El enfoque.

sábado, 4 de febrero de 2012

Enfoque manual y enfoque automático

¿Enfoque manual o automático? 

Ante la discusión de si es uno mejor que otro, conoce cinco situaciones en las que el enfoque manual es una mejor opción que el automático. 
 
Los modelos digitales de hoy día cuentan con una gran variedad de funciones de enfoque automático que van desde los clásicos modos simple (enfocar y disparar), continuo (seguimiento de motivos en movimiento) e inteligente (simple o continuo en función del motivo) de las cámaras réflex hasta los nuevos sistemas de detección de caras de las compactas. Todos ellos son estupendos para la mayoría de los casos, pero existen unas cuantas situaciones en las que conviene olvidarnos de tantos automatismos y hacer las cosas a la antigua usanza: al modo de enfoque manual. Veámoslas: 

Luz escasa y motivos de bajo contraste 

La primera y más evidente de todas las circunstancias en las que es mejor pasar al modo manual es cuando nos encontramos con una iluminación tan pobre que el sensor de enfoque de la cámara se muestra incapaz de hacer su trabajo. Seguro que os ha pasado alguna vez... pulsáis el botón de enfoque y escucháis como el objetivo pasa de un extremo a otro una y otra vez sin llegar a fijarse en ningún punto y, a veces, impidiéndonos incluso disparar. Comprobad esto, por ejemplo, llenando encuadre con un folio blanco o apuntando a un cielo despejado. 

Algunas cámaras incorporan una luz de ayuda, otras proyectan una matriz láser y siempre tenemos la opción de utilizar los destellos del flash pero, al final, siempre nos encontraremos con situaciones en las que que todo falla y/o necesitamos una mayor velocidad. 

Para las situaciones de bajo contraste una solución puede ser introducir un objeto y situarlo junto a lo que queremos fotografiar, que sirva de referencia al enfoque y retirarlo justo antes del disparo. Otra opción es buscar algún elemento que se encuentre a la misma distancia que el motivo, si es en manual, hacer el enfoque y luego encuadrar lo que queremos. Si es en enfoque automático, hay que entrenar nuestro dedo índice para que una vez hecho el enfoque (normalmente oímos un pitido a mitad de recorrido del disparador) mantener la posición del dedo, sin disparar, hasta realizar el encuadre deseado. 

Macro 

En la fotografía macro la profundidad de campo es tan reducida (estamos hablando de centímetros e incluso de milímetros) que necesitamos ser realmente precisos para conseguir la fotografía que buscamos. El enfoque manual es, sin la menor duda, nuestra mejor opción. 

Retratos 

A todos nos gustan esos fondos desenfocados tan bonitos que conseguimos utilizando aperturas grandes pero, al igual que con la fotografía macro, en los retratos el enfoque también es algo crítico con lo que debemos de ser precisos. Una técnica tan común como la de enfocar con el punto central y reencuadrar, como hemos apuntado antes es suficiente para que el plano enfocado se desplace de los ojos a las orejas arruinando la imagen. Con el enfoque manual, esta técnica carece de sentido y todo es mucho más directo y sencillo. 

Rejas y cristales 

Si alguna vez has intentado hacer una foto a través de las rejas de un zoo, del cristal de un museo o desde el interior de un vehículo (sobre todo si los cristales están sucios) te habrás encontrado con que la cámara tiende a hacerse un lío enfocando el obstáculo que encuentra en primer término en lugar de lo que en realidad queremos. 

Con los cristales podemos reducir el problema colocándonos de modo que evitemos los reflejos (que es lo que confunde a la cámara en este caso) pero ni siempre podremos o querremos hacerlo, ni ello es garantía de encontrar una posición adecuada. Utilizando el enfoque manual junto a una apertura grande y acercándonos todo lo que podamos al cristal superaremos todos los problemas y haremos que desaparezca por completo de la foto. 

Deportes y acción 

El último de los casos en los que el enfoque manual puede ser nuestra mejor alternativa es cuando fotografiamos un motivo en movimiento a gran velocidad como una carrera o un animal. Dependiendo de la cámara y el objetivo que utilicemos, hacer estas fotografías puede convertirse en una experiencia realmente frustrante incluso con los modos de enfoque continuo. 

Lo mejor es utilizar el enfoque manual y llevar a cabo la técnica del preenfoque, es decir, fijar el foco en un punto por el que sabemos que va a pasar el motivo y esperar al momento preciso para hacer la fotografía. Para asegurar un buen encuadre, conviene seguir al motivo con nuestro objetivo hasta el momento del disparo. Se trata de fotografías muy interesantes en las que se transmite la idea de movimiento al comprobar un fondo claramente movido y desenfocado. 

Cogerle el truco al enfoque manual lleva su tiempo y necesita cierta práctica de modo que mi consejo es que tratéis de obligaros a utilizarlo siempre que os sea posible. Al principio puede que no consigáis ni una imagen pero ya veréis como con un poco de esfuerzo lográis mantener en foco incluso a motivos en movimiento. Nunca se sabe cuando vais a necesitar nadar así que mejor que empecéis a chapotear ya.