Un problema bastante frecuente es confundir el encuadre con el enfoque. Esto es así porque normalmente suele coincidir una cosa con la otra. El encuadre es la porción de realidad que decidimos vamos a capturar, es ese rectángulo, alto por ancho de nuestra imagen y su contenido. Sin embargo el enfoque se refiere, como ya hemos dicho en otra parte de este blog, a qué parte de nuestro encuadre aparecerá nítida en función de la distancia cámara-motivo.
En estas dos fotos realizadas desde el interior de un vehículo, el encuadre es el mismo, pero no el enfoque. En la primera (superior), la cámara ha detectado el cristal y el enfoque automático ha ocasionado que el fondo, que era lo que en realidad queríamos capturar, haya salido desenfocado. Para resolver el problema hemos pasado a enfoque manual y moviendo el anillo de enfoque hasta ver nítido el árbol a través del visor.
Si tu cámara no dispone de enfoque manual, puedes emplear el siguiente truco: dirigir tu objetivo hacia un objeto que se encuentre a una distancia similar a la del motivo que te interesa, mantener presionado el disparador hasta mitad de su recorrido (cuidado de no efectuar el disparo) y manteniendo pulsado, dirigir ahora el encuadre a lo que te interesa y disparar. Habrás entendido lo que quiero decir con eso de que encuadre y enfoque son cosas diferentes.
Puedes trabajar tu enfoque selectivo AQUÍ.