lunes, 28 de mayo de 2012

Cómo ejecutar una acción

Para simplificar operaciones repetitivas con photoshop, como por ejemplo la que hemos visto en este blog de aumentar el tamaño de una imagen sin perder calidad mediante el proceso de aumento progresivo del 10%, se puede crear una acción, de tal forma que sólo hay que diseñarla una vez y ejecutarla luego con sólo apretar un botón. El ejemplo que pongo es precisamente el de aumento del 10% y puede hacerse siguiendo los siguientes pasos:

1.- Abrir en el menú la ventana ACCIONES:


2.- En la ventana que se nos abre, dar ACCIÓN NUEVA en el icono inferior derecho tal como muestra la flecha:


3.- En el cuadro de diálogo que se abre dar el nombre de la acción que nos permita recordar qué función desempeñará.

4.- Hacer click en el botón rojo INICIAR GRABACIÓN y a continuación ejecutar los pasos de aumento de imagen (o cualesquiera otras tareas repetitivas que queremos se lleven a cabo de una sola vez), en este caso de 10 %:


5.- Cuando hallamos concluido la parte repetitiva daremos DETENER ACCIÓN en el icono cuadrado de la parte inferior izquierda de la ventana acciones. Ahí veremos cuantas operaciones hemos llevado a cabo, que serán precisamente las que luego se ejecutarán de una sola vez:


6.- Listo. Ahora solo falta comprobar que funciona. Abre una imagen, en nuestro caso queremos aumentar varias veces el 10%, y presiona el botón, EJECUTAR ACCIÓN, después de seleccionar en la ventana "acciones" la que dice "aumentar 10%". Toda la secuencia se realizará de forma automática con un solo click.

Una rosa


Nikon D50, objetivo 55 mm, abertura F5,6, Obturación 1/640, ISO 800. Retoque exclusivamente con el Filtro>iluminación>luz cenital de Adobe Photoshop.

domingo, 27 de mayo de 2012

jueves, 24 de mayo de 2012

San Martín del Castañar

original



Fotografía HDR de una casa en San Martín del Castañar (Salamanca).
NIKON D50, Objetivo 18 mm., abertura f9,5, obturación 1/350, ISO 400.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Baelo Claudia


Las ruinas romanas de Baelo Claudia se encuentran en la pedanía gaditana de Tarifa, en la ensenada de Bolonia, y a pocos kilómetros de la playa del mismo nombre. Construida en el siglo II a. C., funcionó durante cinco siglos como enlace comercial entre el norte de África y el resto de la península y el Imperio.
Principalmente un pueblo pesquero, sus principales recursos eran la pesca, la salazón y el "garum" (una especie de condimento de salazón, muy considerado en la época).
Como todas las ciudades romanas, disponía de foro de debate, archivo, basílica de justicia, senado local, mercado, tiendas, cuatro templos (a Jupiter, Minerva, Juno y otro a la diosa egipcia Isis), baños públicos y termas y un anfiteatro capaz de albergar a 2000 personas.
Se ha conservado como una de las más esclarecedoras ruinas sobre edificación y urbanismo romano en la península debido al buen estado al que se encuentran sus estructuras.

Cámara Sony alpha-230; Velocidad ISO: 800, Distancia focal: 22 mm, Apertura: f/22, Exposímetro: 1/250 s.

lunes, 14 de mayo de 2012

Cómo aumentar el tamaño de una imagen sin perder calidad

Frecuentemente ocurre que buscamos en la red una foto o imagen para un trabajo y ésta tiene un tamaño demasiado pequeño para nuestras necesidades. A continuación se detalla un procedimiento conocido como "aumento del 10%". La imagen siguiente ha sido bajada de Internet y tiene unas dimensiones en píxeles de 280 x 359, y un tamaño real de 9,88 x 12,66 centímetros, que podemos ver cuando abrimos en Imagen>Tamaño de imagen.


La operación consiste en abrir la pestaña "porcentaje" que hay a la derecha en "tamaño del documento" en vez de "cm", y  donde pone ahora 100 sustituir por 110, con lo que aumentaremos la imagen un 10%. Es necesario activar la casilla "maestrear imagen" y elegir debajo la opción: "Bicúbica más suavizada (óptima para ampliaciones)", tal como muestra la imagen siguiente:


La operación se puede repetir unas ocho o diez veces, como recomendación, y tambien puede crearse una "acción" para ejecutarla más rápidamente la próxima vez. Si hubiéramos hecho el aumento cambiando los píxeles directamente éste habría sido más brusco y los resultados más agresivos, sin embargo, con este método, la imagen siguiente después de ocho veces al 10%, tiene ahora 21 centímetros de ancho y la pérdida es mínima.


Conceptos relacionados: Mejorar resolución mediante interpolación.


domingo, 13 de mayo de 2012

Una casa en Candelario



NIKON D50, objetivo 18 mm., abertura F5,6, obturación 1/2000, ISO 800.
Después de aplicar el filtro de Nick Sftware, "Silver efex Pro" para blanco y negro, he aplicado el pincel "historia" sobre la maceta de geranios.

viernes, 11 de mayo de 2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

Imágenes comentadas, Parte IV: El hombre rompe sus cadenas



SEGISMUNDO: Es verdad; pues reprimamos esta fiera condición,
esta furia, esta ambición, por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
La vida es sueño (Calderón de la Barca, 1635)

––¿A qué llamáis libertad? ––preguntó el preso con
acento de quien se prepara a una lucha.
––Doy el nombre de libertad a las flores, al aire, a
la luz, a las estrellas, a la dicha de ir adonde os conduzcan vuestras nervio­sas
piernas de veinte años.
––Mirad ––respondió el joven dejando vagar por sus
labios una sonrisa que tanto podía ser de resignación como de desdén, ––en ese
vaso del Japón tengo dos lindísimas rosas, tomadas en capu­llo ayer tarde en el
jardín del gobernador; esta mañana han abierto en mi presencia su encendido
cáliz, y por cada pliegue de sus hojas han dado salida al tesoro de su aroma,
que ha embalsama­do la estancia. Mirad esas dos rosas: son las flores más hermo­sas
¿Porqué he de desear yo otras flores cuando poseo las más incomparables?
Aramis miró con sorpresa al joven.
––Si las flores son la libertad, ––continuó con voz
triste el cautivo, ––gozo de ella, pues poseo las flores.
––Pero ¿y el aire? ––exclamó Herblay, ––¿el aire tan
necesario a la vida?
––Acercaos a la ventana, ––prosiguió el preso; ––está
abierta. Entre el cielo y la tierra, el viento agita sus torbellinos de nieve,
de fuego, de tibios vapores o de brisas suaves. El aire que entra por esa
ventana me acaricia el rostro cuando, subido yo a ese sillón, sentado en su
respaldo y con el brazo en torno del barrote que me sostiene, me figuro que
nado en el vacío.
––¿Y la luz? ––preguntó Aramis, cuya frente iba
nublándose.
––Gozo de otra mejor, ––continuó; el preso; ––gozo del
sol, amigo que viene a visitarme todos los días sin permiso del gober­nador,
sin la compasión del carcelero. Entra por la ventana, tra­za en mi cuarto un
grande y largo paralelogramo que parte de aquélla y llega hasta el fleco de las
colgaduras de mi cama. Aquel paralelogramo se agranda desde las diez de la
mañana hasta mediodía, y mengua de una a tres, lentamente como si le pesara apartarse
de mí tanto cuanto se apresura en venir a verme. Al desaparecer su último rayo,
he gozado de su presencia cuatro horas. ¿Por ventura no me basta eso? Me han
dicho que hay desventurados que excavan canteras y obreros que trabajan en las
minas, que nunca ven el sol.
Aramis se enjugó la frente.
––Respecto de las estrellas, tan gratas a la mirada, ––continuó
el joven, ––aparte el brillo y la
magnitud, todas se parecen. Y aun en ese punto salgo favorecido; porque de no
haber encendido vos esa bujía, podíais haber visto lo hermosa estrella que veía
yo desde mi cama antes de llegar vos, y de la cual me acariciaba los ojos la
irradiación.
Aramis, envuelto en la amarga oleada de siniestra
filosofía que forma la religión del cautiverio, bajó la cabeza.
El vizconde de Bragelonne (Alejandro Dumas, 1847)

Cámara Sony alpha-230, velocidad ISO 100, apertura: f/9, exposímetro: 1/160 s., distancia focal: 70 mm.