miércoles, 30 de noviembre de 2011

Modos de disparo

Las cámaras digitales reflex cuentan básicamente con los siguientes modos a la hora de fotografiar:
  • automático: no hay que hacer nada, la cámara ajusta todos los parámetros y solo hay que apretar al disparador.
  • automáticos específicos: son modos automáticos preprogramados para sacar fotos en determinadas situaciones: retrato, deportes, macro, paisaje, etc.
  • semiautomáticos: son modos que dan prioridad a parámetros específicos como la velocidad de exposición o la apertura.
  • manual: se  utiliza cuando se quieren controlar todos los parámetros a la hora de realizar una fotografía. Generalmente hay que usar un fotómetro externo para ver la cantidad de luz o poner un modo automático para identificar ese valor y pasar a modo manual.
Si nos centramos en los modos semiautomáticos tenemos que destacar dos:
  • prioridad en la apertura: se decide la apertura y la cámara calcula automáticamente el tiempo de exposición adecuado y dependiendo del tipo de cámara tambien ajusta de manera automática la sensibilidad del sensor. Se recomienda para los casos en los que se quiere controlar la profundidad de campo.
  • prioridad del tiempo de exposición: funciona de la misma manera que el anterior en el sentido que una vez indicado el tiempo de exposición la cámara calcula automáticamente la abertura adecuada. Es recomendable para cuando queremos controlar objetos en movimiento. Así por ejemplo si queremos conseguir el efecto "seda" en una casacada utilizaremos un tiempo de exposición alto y si queremos "congelar" el movimiento de un deportista ajustaremos la cámara con un tiempo de exposición muy bajo.

martes, 29 de noviembre de 2011

Sensibilidad ISO


La sensibilidad ISO marca la cantidad de luz que necesita nuestra cámara para hacer una fotografía. Este concepto, que viene arrastrado de la fotografía convencional, se mantiene en la fotografía digital, aunque sus fundamentos son algo diferentes. En el siguiente artículo te explicamos sus fundamentos.

Las películas fotográficas están formadas por haluros de plata, millones de cristales transparentes sensibles a la luz, agrupados. Una gelatina actuaba como soporte impidiendo que se agrumen haciendo las veces de vehículo de esa masa lechosa. Esta gelatina, una vez seca, mantiene los haluros suspendidos formando la película propiamente dicha y permite la entrada de líquidos sin necesidad de perder ninguno de los cristales.

El tamaño de estos cristales es lo que marca la sensibilidad de la película y el grano que se aprecia al obtener las copias reveladas.
Con el paso a la fotografía digital, se conservó el concepto de sensibilidad ISO, aunque el funcionamiento del sensor no tiene mucho que ver en este aspecto, y el resultado, tampoco.

La relación señal-ruido

Señal es toda información significativa para construir un mensaje. Ruido es cualquier otro dato que acompañe a la señal dificultando su transmisión, almacenamiento y comprensión.

En las cámaras digitales, el sensor o CCD es el chip encargado de la captura de la imagen. Está compuesto por una malla de miles de celdas fotosensibles en las que se recibe la imagen formada por el lente.

Cada una de esas celdas genera una corriente eléctrica en presencia de la luz. Esa corriente eléctrica será luego convertida en datos numéricos que se almacenarán en forma digital binaria en la memoria de la cámara dando origen a un píxel.
Cada una de esas celdas genera una cantidad más o menos fija de corriente eléctrica (y por lo tanto de datos) al azar, aún en ausencia de la luz y en relación a la temperatura.
La sensibilidad de cada uno de los elementos del sensor es fija, con un valor aproximado equivalente a 100 ISO. Los índices ISO superiores que nos ofrece la cámara digital se logran no por un incremento en la sensibilidad de los elementos captores, sino por una amplificación posterior de la señal que estos emiten.


Configuración ISO
Como estos elementos tienen una emisión de señal de base más o menos fija, al capturar una señal lumínica débil y amplificarla, estamos amplificando también una buena porción de la emisión de datos aleatoria del chip, con lo que se mezclará una cantidad de señal aleatoria sin contenido a la señal correspondiente a la imagen.

Conclusiones

La mayor calidad de imagen con una cámara digital se obtendrá usándola a su menor sensibilidad ISO equivalente.

El uso de sensibilidades ISO mayores se traducirá en un aumento de pixeles distribuidos al azar, principalmente en las zonas de sombra de la imagen. El ruido, a diferencia del grano, no será proporcional en toda la imagen, sino que se manifestará de forma más evidente en las zonas oscuras.

Ruido en la imagen digital

El ruido se manifiesta más en alguno canales que en otros. Normalmente el canal azul suele ser el que contiene más ruido. Se puede editar este canal posteriormente con algún programa de edición para reducir el ruido mediante una aplicación de filtros.

Pero cuidado: es fundamental realizar una correcta exposición en nuestra foto independientemente del ISO que tengamos seleccionado, ya que utilizar ISOs bajos a costa de subexponer en exceso una foto puede dar como resultado fotos de peor calidad que las equivalentes bien expuestas con ISOS más altos.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cómo realizar un balance de blancos

Todos los colores que la cámara percibe, como seguramente ya sabéis, son interpretados por esta en función del color que la cámara tome como blanco. Por defecto, las cámaras ya traen un valor de blanco (y habitualmente también uno de negro) memorizado de fábrica que es el que utilizará para calcular la temperatura de color idónea en el modo balance de blancos automático. Pero este, por supuesto, no es el mejor. El resultado óptimo lo vamos a obtener utilizando el modo manual y nuestra pericia como fotógrafos.

Las bondades RAW han minimizado la necesidad de hacer un balance de blancos pues al ser un formato que contiene la información bruta del sensor, podemos modificar sus valores, como este del de temperatura de color, sin perder calidad. Pero muchas veces queremos plasmar la realidad, representar exactamente lo que estamos viendo y si la fotografía que vamos a editar la hicimos hace mucho tiempo puede que no recordemos con exactitud como eran las condiciones de iluminación de la escena. Para esos casos lo mejor es realizar un correcto balance de blancos. Hay varias formas de hacerlo tanto de forma manual como a través de modos de la cámara. ¿Cómo hay que hacer cada uno y cuál es el mejor? Vamos a ello.

Toda cámara tanto fotográfica como de vídeo tienen los modos automáticos de balance de blancos que podemos ver en la imagen superior. Estos modos son“Automático”, “Despejado”, “Nublado”, “Sombra”, “Tungsteno”,“Fluorescente”, “Flash”, y “Personalizado”. Al modo automático ya hemos hecho referencia en los párrafos anteriores. En cuanto a los modos despejado, nublado, sombra, tungsteno, fluorescente y flash, no son más que valores memorizados que contienen cada uno un determinado número de grados Kelvin(unidad en la que se mide la temperatura de color). Cada uno de los valores se corresponde aproximadamente con la situación a la que se refiere el nombre del modo. Así por ejemplo una escena iluminada por una lámpara de tungsteno tendrá una temperatura de color de unos 3200º K y ese es el modo que tendríamos que seleccionar en la cámara para esa fotografía en concreto.


Estos modos semiautomáticos dan buenos resultados pero serán mucho mejores si utilizamos el modo personalizado. Para llevarlo a cabo, simplemente tenemos que colocar delante de la cámara un folio blanco(lo ideal es que alguien lo sujete)ligeramente inclinado hacia la fuente de luz. Una vez hecho esto, hacemos zoom sobre él o nos acercamos si nuestro objetivo es fijo hasta que el encuadre entero esté ocupado por el folio. Todo debe ser blanco, no debe quedar ningún borde del folio dentro del encuadre. Una vez hecho esto desenfocamos para disimular las imperfecciones y la rugosidad del folio.

Ahora, dependiendo del modelo de cámara seleccionaremos ese color como nuestro blanco para esa escena de una forma u otra. En unos modelos basta con ir al menú balance de blancos, posicionarse sobre la opción “personalizado” y pulsar OK. Otras cámaras nos harán tomar una fotografía del blanco y después nos dirán que elijamos la fotografía para tomarla como blanco. Otras nos permitirán las dos cosas.

Con esto ya tendréis un buen balance de blancos para la escena y los colores saldrán fielmente representados en la fotografía.

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