jueves, 12 de enero de 2012

Cómo resolver un contraluz


El contraluz es la situación fotográfica que se produce cuando la fuente de iluminación se encuentra detrás del motivo. Dependiendo de qué queremos expresar y cómo llevemos a cabo la captura, generaremos fotos con el fondo correctamente expuesto pero un motivo que no es más que una silueta o bien un motivo correctamente expuesto y un fondo por lo habitual sobreexpuesto, salvo que efectuemos varias capturas para construir luego, mediante programas adecuados, una sola imagen de alto rango dinámico.


Exposímetro. Elección de medición puntual


La foto que sigue a continuación es fácil de realizar si elegimos una medición puntual, como configuración de nuestro exposímetro, y seguidamente realizamos una exposición en modo manual (o en cualquiera de los modos automático o semiautomáticos mediante el bloqueo AE) dirigiendo el objetivo de nuestra cámara hacia el cielo, para luego efectuar el encuadre con las murallas sin variar los valores tomados anteriormente.


Murallas de Ávila a contraluz

Cuando el contraluz se produce con personas, seguramente nos va a interesar evitar que se conviertan en meras siluetas donde no podemos ver el rostro. Para resolver el contraluz, realizaremos ahora la medición (también puntual) en la cara de la persona, lo que inevitablemente llevará a perder detalles del fondo, tal como vemos en la foto siguiente:

Contraluz con sobreexposición del fondo

Hay muchas maneras de evitar que una persona u objeto queden subexpuestos por culpa de un contraluz además de la anterior. Por ejemplo, acercándonos tanto al objeto o persona que llenemos el encuadre, para ahí realizar la medición, bien en modo manual o en automático utilizando la función AE/L (bloqueo de la exposición automática), para finalmente efectuar el disparo en la posición que genere el encuadre deseado. Otra forma, variante de la anterior, cuando no podemos acercarnos, por el motivo que sea (un detective en una vigilancia), es llenar el encuadre utilizando una distancia focal larga (teleobjetivo); y finalmente, podemos hacerlo tomando como referencia de cálculo de la exposición, un lugar cuya iluminación sea aproximadamente igual a la del objeto o persona que queremos fotografiar (lo que se conoce como "robar luz".

En otro lugar de este blog ya hemos visto en qué consiste HDR. En la foto siguiente hemos realizado varias capturas que han recogido los valores de exposición del sol, del cielo y de los naranjos.

Patio de los naranjos (Córdoba). Contraluz resuelto mediante HDR.



Cuando el motivo se encuentra a una distancia dentro del alcance del flash, una buena opción es emplear el flash de relleno. La captura se consigue haciendo una medición puntual del fondo y sin variar los valores, efectuar el disparo activando el flash. Por un lado la cámara recogerá los detalles del fondo con una correcta iluminación y el flash evitará el efecto silueta que ya hemos comentado.

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lunes, 9 de enero de 2012

Peña de los enamorados

Peña de los enamorados - vista desde Archidona- (Málaga)

Cuando la carretera que va desde Sevilla a Granada cruza la comarca de Antequera, resulta difícil sustraerse a la contemplación de la Peña de los Enamorados. El gris de su roca caliza contrasta con el marrón y el ocre de los campos de cultivo que la rodean. A pocos metros de la antaño ciudad fronteriza, la peña asemeja un rostro yaciente que emerge de la tierra. Esta roca inhóspita es el escenario de una de las leyendas más populares de Andalucía.
La narración se sitúa en el siglo XV, cuando Antequera era frontera entre los reinos de Castilla y de Granada. Un joven cristiano cae preso de estos últimos. La hija del mandatario de la ciudad musulmana, tal vez en el transcurso de una visita a los calabozos de su padre, se encuentra por casualidad con el prisionero y, como suele suceder en las leyendas, ambos se enamoran perdidamente.
Ayudado por la morisca, el joven escapa del calabozo y ambos se dan a la fuga. Perseguidos por las huestes del rey de Granada, la pareja busca refugio en la cima de una peña a las puertas de Antequera. Sus perseguidores inician el asedio y los amantes, dándose cuenta de lo desesperado de su situación, toman su última decisión y se inmolan arrojándose por el precipicio.
Un relato como este habría de despertar en siglos posteriores el interés de los escritores románticos. Washington Irving, el autor de los Cuentos de la Alhambra, fue uno de ellos. Pero la versión de la leyenda que mejor se conoce data del siglo XVI y fue escrita en verso latino por el humanista italiano Lorenzo Valla (Roma 1405-1457), cuyas tesis acerca de la negación del libre albedrío interesaron, entre otros, a Martín Lutero. Valla incluyó su versión de la leyenda de los enamorados en suHistoria de Fernando de Aragón, un relato elogioso -recientemente traducido al castellano- de los hechos protagonizados por el Rey Católico, también conocido como Fernando de Antequera. Esta obra fue auspiciada por el hijo del monarca, el rey de Nápoles Alfonso V el Magnánimo.
Tal vez Lorenzo Valla no fuese el primero en poner por escrito la leyenda de los enamorados de Antequera. Por la misma época, se sabe que en la Cátedra de Gramática de la Iglesia Colegial de Antequera, una de las diversiones preferidas por los estudiantes era escribir finales diferentes para la leyenda de la Peña de los Enamorados.
Los expertos suelen afirmar que algunas leyendas esconden hechos históricos. Este podría ser el caso de la historia de los enamorados, aunque los indicios existentes se remontan bastante más atrás de la Edad Media. En lo alto de la peña de Antequera se han hallado rastros de una pequeña fortaleza romana llamada "de los dos amantes".
Una leyenda parecida a la de los enamorados de Antequera, pero con final feliz, es citada por Miguel de Cervantes en el capítulo V del Quijote, aunque en este caso es un abencerraje quien, enamorado de la bella Jarifa, es hecho cautivo por el caudillo cristiano de Antequera.
Sea como sea, la trágica historia de amor entre el cristiano y la morisca en la peña de Antequera ha pasado a formar parte del acervo tradicional de este rincón de Málaga, y aún hoy es un motivo recurrente en las declaraciones de amor de los jóvenes enamorados.